sábado, 27 de marzo de 2010 | | | 1 comentarios |


Los descansos largos, como el de Semana Santa, son ideales para liberar tensiones y disfrutar de un buen momento con la familia y amigos.

Vacaciones igual a playas, piscinas y diversión evocan los rayos del sol y en el delicioso sabor de bebida, en ocasiones alcohólica, para degustar durante el verano caluroso. Aunque ingerir bebidas alcohólicas no es en sí mismo dañino, se recomienda tomar con moderación para no ocasionar accidentes o malos momentos que rompan con la armonía del descanso.

Muchos de los jóvenes en lo único que pensamos para las vacaciones es en la fiesta y nunca nos ponemos a pensar en las cosas que podrían pasar después de tomarnos unos traguitos de más.

Las consecuencias de pasarnos de copitas puede ser fatal, no solo para nosotros sino que también para otras personas, ya que si nos llega a pasar algo los principales afectados serian nuestros familiares y amigos, preocupados por saber cómo estamos y saber si estamos vivos o muertos ya que de un segundo a otro podemos dejar este mundo para pasar a otro.

Esto se puede evitar siendo responsables, conociendo nuestros límites y respetándolos. Tampoco quiere decir que de vez en cuando no nos tomemos una copita de vino o una cervecita bien fría. Pero si la fiesta se puso muy alegre y perdimos el control, lo mejor es regresarnos con un amigo sobrio o esperar que los efectos del alcohol salgan de nuestro sistema.

Recuerda si bebes, no manejes. Feliz Semana Santa.